La Celebración
...Y de pronto camine por una fiesta de aberrante frivolidad.
Caras de una terrorífica perfección sonreían sin parar, con una nauseabunda expresión de impunidad.
Ahí estaban todos.
Políticos, militares, empresarios, pontífices, traficantes. ¡¡Todos!!
Aquellos que a través de la historia, habían llevado al mundo a una miseria sin retorno.
Traté de escapar, pero solo conseguía descender por un pasillo blanco, lujoso, lleno de puertas, de una negrura abisal, que escondían los peores secretos de quienes brindaban alegremente por su vergonzoso triunfo.
Si tan solo alguna de esas puertas tuviese una respuesta sin explicación.
Si la responsabilidad por sus atrocidades, terribles, fuera de alguna deidad perversa.
No, todas eran bajezas perpetradas desde su misma humanidad, de la que no es grato sentirse parte.
El descenso se volvía cada vez más asfixiante, las paredes comenzaban a cerrarse.
El espacio, cada vez más chico.
Puertas más pequeñas, verdades más insoportables.
Primero algo agachado, después, a gatas, termine reptando hasta el final...
Solo mi cabeza, colgando de una pared infinita, desde donde podía ver a otras cientas, miles, millones, tapizando a la torre que, soberbia, penetraba las gélidas alturas y las ardientes profundidades.
Algunos habían conseguido liberar sus brazos y trataban de alcanzarse, de formar una red que nos salvase a todos.
Sus miradas expresaban llanto, lucha, indignación, abatimiento, hambre, indiferencia, resignación, piedad, esperanza, rabia, amor, llanto, lucha, indignación, abatimiento, hambre, indiferencia, resignación, piedad, esperanza, amor, llanto, abatimiento, resignación, lucha... esperanza...
Caras de una terrorífica perfección sonreían sin parar, con una nauseabunda expresión de impunidad.
Ahí estaban todos.
Políticos, militares, empresarios, pontífices, traficantes. ¡¡Todos!!
Aquellos que a través de la historia, habían llevado al mundo a una miseria sin retorno.
Traté de escapar, pero solo conseguía descender por un pasillo blanco, lujoso, lleno de puertas, de una negrura abisal, que escondían los peores secretos de quienes brindaban alegremente por su vergonzoso triunfo.
Si tan solo alguna de esas puertas tuviese una respuesta sin explicación.
Si la responsabilidad por sus atrocidades, terribles, fuera de alguna deidad perversa.
No, todas eran bajezas perpetradas desde su misma humanidad, de la que no es grato sentirse parte.
El descenso se volvía cada vez más asfixiante, las paredes comenzaban a cerrarse.
El espacio, cada vez más chico.
Puertas más pequeñas, verdades más insoportables.
Primero algo agachado, después, a gatas, termine reptando hasta el final...
Solo mi cabeza, colgando de una pared infinita, desde donde podía ver a otras cientas, miles, millones, tapizando a la torre que, soberbia, penetraba las gélidas alturas y las ardientes profundidades.
Algunos habían conseguido liberar sus brazos y trataban de alcanzarse, de formar una red que nos salvase a todos.
Sus miradas expresaban llanto, lucha, indignación, abatimiento, hambre, indiferencia, resignación, piedad, esperanza, rabia, amor, llanto, lucha, indignación, abatimiento, hambre, indiferencia, resignación, piedad, esperanza, amor, llanto, abatimiento, resignación, lucha... esperanza...
