Monday, March 09, 2009

La Huella XIII


La Llegada.


El pecho explotaba.

Miraba con el rabillo del ojo a su compañero inquebrantable.

¡Hacé algo, porquería!

Las palabras no salían.

Por sobre la cortina de eucaliptos asomaba algo imposible.
Las luces intermitentes en las alturas recortaron… ¿antenas?

¡No puede ser!

Chillidos ásperos, ensordecedores.

Abrió sus alas y de un salto se abalanzó sobre el vagón.

La ominosa langosta, sujetó fuertemente con sus patas delanteras el hediondo obsequio y presionó con sus mandíbulas hasta hacerlo reventar.

Frenética, aleteaba dando patadas hacia atrás.

El espectáculo era tremendo.

Con el labio inferior recogía los restos sin dejar que derramen en el suelo.
Engullía todo, el metal, el veneno, la infamia.

Simón caminaba delirante de un lado a otro, sin apartar la vista.

¡Aquí me muero!

El insecto hercúleo, indigesto, daba respingos.
Una vez terminado el refrigerio esperó paciente como un potro domado, escarbando con sus patas, mientras el agua comenzaba a caer.

El Primo se levantó y miró clemente a Simón.
Volteó y dando un grito, con un movimiento prodigioso, subió sobre el lomo de la bestial quebrachera, que inmediatamente alzó vuelo, llevándose las dolencias del pueblo avasallado.

El temporal duró dos días más.

1 Comments:

Blogger charlyavila said...

Muy bueno "La Huella", tienes que dibujar...para mí es un comic...

7:01 AM  

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